El Demonio BELCEBÚ | El Señor De Las Moscas (Demonología)
EL DEMONIO BELCEBÚ
La demonología, que es una de de las ramas de la
teología. Se puede definir como el estudio de los demonios y todo aquello
relacionado con este tema, en donde se incluye sus orígenes, vínculos, tipos,
entre otros, siendo uno de ellos el demonio Belcebú.
En el siguiente artículo estudiaremos a profundidad cada detalle sobre este demonio y su influencia a lo largo del tiempo. Continuemos…
¿QUIÉN ES BELCEBÚ?
Belcebú uno de los 7 príncipes del infierno y el pecado de la gula. Su nombre traducido (en hebreo es: בַּעַל זְבוּב Ba'al Zəḇūḇ, entre otras variantes) es un nombre derivado de un dios filisteo, anteriormente adorado en Ecrón, y posteriormente adoptado por algunas religiones abrahámicas como un demonio. Belcebú (Ba'al Zəḇūḇ) está estrechamente asociado con la religión cananea y su dios Baal.
Por otro lado también es conocido como, “príncipe de los dioses falsos” Según Francis
Barret y demonio asociado al pecado mortal del orgullo, para Michaelis
Sebastien, fue en su pasado angelical un miembro de la orden de los querubines
y es en el presente uno de los siete príncipes del infierno, el príncipe que
representa la gula según la versión de Peter Binsfeld. No obstante para algunos
de los que sostienen las teorías del Triunvirato Infernal, Belcebú está entre
los tres grandes: así, para el exorcista del siglo XVII Michaelis Sebastien,
Belcebú es uno de los tres ángeles caídos más importantes junto con Lucifer y
Leviatán mientras que para dos obras ocultistas del siglo XVIII Belcebú
conforma, junto con Lucifer y Astaroth, la llamada “Falsa Trinidad”.
Según la ocultista del siglo XVI, Johann Weyer, Belcebú
(quien para la autora comanda la Orden de la Mosca) dirigió una exitosa
rebelión contra Satanás y llegó a ser el lugarteniente (segundo al mando) de
Lucifer.
Por otra parte, Belcebú ha sido uno de los demonios más
asociados a la brujería, siendo muy solicitado por las brujas y habiendo sido
acusado en los círculos religiosos de muchos casos de posesión tales como el de
la Hermana Madeleine. En este contexto de la magia negra, tan importante ha
sido Belcebú que ha llegado hasta el pasado no muy distante haciendo que su
nombre sea muchas veces mencionado dentro de los juicios de Salem
(Massachusetts, USA), juicios estos que representan la última expresión histórica
conocida de histeria popular en torno a las brujas dentro de lo que es
Norteamérica y Europa.
BELCEBÚ, “SEÑOR DE LAS MOSCAS” O “AMO DE LA INMUNDICIA”
Conocido también como “El Señor de las moscas” o “amo de la
inmundicia” es conocido desde hace muchos siglos atrás, Su nombre deriva a
“Ba´al Zebûb” o “Beelzebub, un término despectivo que los hebreos emplearon
para burlarse del hecho de que los templos donde era adorado estaban repletos
de moscas, insectos que se alimentaban de la carne de los sacrificios que no
era recogida y se dejaba pudrir dentro del templo.
El mismo nombre de “Ba´al Zebûb” o “Beelzebub, también era aplicado de forma despectiva por
los mismos hebreos a Hadad y a los otros dioses semíticos que los paganos
veneraban bajo el título de “Baal” (“señor” en español). De allí que en
realidad Baal y Belcebú sean la misma entidad aunque la diversidad de
interpretaciones haya generado equívocos y algunos piensan que son dos demonios
distintos.
REPRESENTACIÓN DE BELCEBÚ
Según las historias, la apariencia de Belcebú varía entre humana, gato, rana, perro o combinaciones entre ellas. En el libro escrito en el año 1818 por Collin de Plancy llamado Dictionnarie Infernal (Diccionario infernal) fue ilustrado como una criatura de tres cabezas: la primera era de un humano con una corona, la segunda de un gato y la tercera de una rana. Estas cabezas eran sostenidas por el lomo y patas de una araña.
Sin embargo se tiene una imagen diferente en leyendas más comunes: rostro hinchado, con cuernos, piel oscura, gran tamaño, peludo, lleva de corona un cinturón de fuego más unas alas de murciélago.
También cabe destacar que Belcebú, al ser un demonio, es de naturaleza espiritual, por lo que realmente no tiene ningún tipo de forma física propia.
ANECDOTAS INTERESANTES SOBRE BELCEBÚ Y SU CONEXIÓN CON LOS SERES HUMANOS
Los antiguos inquisidores cuentan que esta entidad era el
maestro y señor en los Sabbats de las brujas, como se negaban a Jesucristo,
durante las misas negras que realizaba tenía grabados los sellos de Belcebú en
vez de estar la cruz del salvador. Siempre era solicitado por este tipo de
convenios y cuando las brujas de Salem eran perseguidas en Estados Unidos, su
nombre resaltaba en los juicios que les hacían debido a su vínculo con la magia
negra.
Entre los rituales más reconocidos era el canto de “Belsabub
goity, Belsabub beyty” (Belcebú arriba, Belcebú abajo) que hacían las brujas
mientras formaban un semicírculo en torno al altar del demonio para invocarlo.
Acostumbraban a tumbarse en el suelo e ingerir trozos de pan con pócimas
mientras esperaban a la aparición de Belcebú y cuando llegaba formaba orgías
con todas las personas presentes, esta era su forma de complacerlas.
Un caso famoso es el de la Hermana Madeline de Demandoix,
formaba parte del Convento de las Ursulinas localizado en Francia, durante el
siglo XVII fue poseída por este demonio y su experiencia se describía con
presencia de constantes visiones de canibalismo, sodomía más fuertes impulsos
que le hacían retorcerse en el suelo y exponer ante los espectadores sus
órganos genitales.
INFLUENCIA DE BELCEBÚ A LO LARGO DE LA HISTORIA
Adorado por pueblos semíticos, el culto a Baal se extiende a
principios del siglo XIV, en aquel tiempo sus seguidores lo consideraban como
su maestro y amo. En ese entonces la secta celebraba su muerte y resurrección
anualmente como parte de los rituales de fertilidad cananea, ceremonias que
incluían sacrificios humanos y la llamada “prostitución sagrada” que tenía
lugar en los templos.
Al haber sido venerado por varias culturas, Baal es una
deidad falsa que ha promovido doctrinas y significados diferentes. En ocasiones
era llamado “Ba´al”, si era una deidad masculina o “Ba´alath”, si era mujer,
este caso se presentó cuando historiadores recolectaron información antigua de
los tributos hechos a este dios en culturas pasadas. Los cananeos lo conocían
como Hadad, hijo de Él, dios principal del panteón de sus creencias.
Melgart, el hijo de Él, también era llamado “Ba´al de Tyre”,
en la región de Líbano. La historia dice que Ahab, el Rey de Israel, se casó
con Jezebel, hija del Rey de los Sidonios, quienes adoraban a Ba´al y, cuando
trajeron pilares del falso dios, estos fueron quemados. El culto se hizo
prominente en Israel hasta que en el reinado de Jehu su fin tuvo lugar con una
campaña purificadora que pretendía la quema de todos los ídolos y templos de
Ba´al.
Consecuentemente con lo anterior, pasado el tiempo la
veneración a ídolos y semidioses era rechazada por el Judaísmo y todas aquellas
figuras eran llamadas “ba´als” y pasaron a representar a espíritus malvados o
demonios. Así, la adoración a estos dioses paganos era considerada inmoral y
peligrosa.
Ba´al, en la ciudad de Cartago, surgió como “Ba´al Hammón”,
dios supremo de los cartagineses. Se cree que su adoración se remonta al siglo
V antes de Cristo. El significado de “Hammón” es incierto, pero en el siglo XIX
el arqueólogo Ernest Renan encontró dos inscripciones fenicias dedicadas a
“El-Hammón”: los símbolos relacionaban a la entidad con Cronos. Sin embargo
unas descripciones hebreo-fenicias mencionan a “Baal Señor del brasero” como
una figura semejante a una deidad solar. Relatos de los cartagineses sugieren
que ellos quemaban a sus hijos como ofrendas para Ba´al Hammón, práctica
aquella que ha hecho que se crea que Hammón era un dios de la fertilidad y que
fecundaba su territorio con lluvias, fuentes y riachuelos. En el norte de
África Ba´al Hammón era conocido como “Ba´al Qarnaim”, el “Señor de los dos
cuernos”.
Los sacerdotes de Ba´al son mencionados en la biblia hebrea,
especialmente por sus enfrentamientos con el profeta Elías. Sus ceremonias
incluían incienso, rituales con túnicas especiales, y sacrificios similares a
los que los hebreos hacían a Dios. En los textos hebreos en que se habla de
Ba´al y sus cultos profanos, se dice que Ba´al[3] era concebido como un señor
genio que controlaba los elementos responsables de la fecundidad de la tierra.
Era el que daba pan, agua, lana, lino, aceite y bebidas. También era el
principio masculino de la vida y la reproducción natural, por lo que era
reverenciado con “impuros” y voluptuosos actos de sensualidad, o incluso
perversos rituales en que menores traídas por esclavos eran violadas entre
aquellas paredes donde la descomposición de la carne convocaba nubes de moscas.
Los agricultores cananeos hacían rituales de iniciación y,
durante las ceremonias religiosas, se efectuaban para Baal los ritos de
fertilidad, los cuales eran a veces caracterizados por grandes orgías, de allí
que en la Torá se haya hablado de “entregarse a la verguenza” en el contexto de
la adoración pagana a ciertos dioses como Baal.
BELCEBÚ SEGÚN LA DEMONOLOGÍA CRISTIANA
En la demonología cristina es descrito como un ángel de gran
importancia, formó parte de la orden de los querubines en el Cielo pero al
igual que Lucifer tenía ciertas discrepancias con las leyes impuestas por el
Dios Todo Poderoso, razón por la cual decidió unirse a él para rebelarse en
contra de los ángeles.
Esto generó su destierro del cielo, también lo convirtió en
una mosca demoníaca y uno de los más grandes demonios del infierno. En la
demonología antigua fue reconocido como uno de los tres grandes ángeles caído
junto Leviatán y Lucifer (quienes conformaron la Falsa Trinidad) y llegó a
dirigir la rebelión como segundo al mando.
También era un gran duque infernal que gobernaba el Este al
ser el comandante de 66 legiones de demonios. Durante el período puritano
inglés, Beelcebú era comparado con Satanás y, de acuerdo a los estudios de
Francis Barrett, tenía el poder de hacer invisibles y astutos a aquellos que lo
invocaban.
BELCEBÚ Y EL ORÍGEN DE SU NOMBRE
Revisando su origen, vemos que en la versión hebrea de los
textos se concibe que Ba´al Zebûb es “Beelzebub”, una deidad originaria de la
ciudad filistea de Ekron. Su significado se traduce como el “Señor de Las
Moscas”, título que denotaba como los hebreos denigraban a las deidades de sus
enemigos ya que aquel título fue elaborado como una mofa ante el hecho de que
dejaban que la carne de sus sacrificios se pudrieran y grandes nubes de moscas
se aglomerasen en torno a las imágenes de sus dioses dentro de los templos. El
término “Ba´al Zebûb” no nació para denigrar a un dios en particular sino al
conjunto de dioses semíticos del oeste que eran venerados bajo el título de
“Baal” o “Señor”; aunque, y cabe resaltarlo, fue sobre todo (mas no únicamente)
en el contexto de las adoraciones a Hadad que los judíos elaboraron aquel título
peyorativo.
Los equívocos vinieron más tarde en parte gracias a los
primeros demonólogos, los cuales en su mayoría ignoraban que “Baal” era un
título que se aplicaba a varios dioses y, de ese modo, creían que “Baal” aludía
a un solo personaje. También el Nuevo Testamento suscitó confusión al hablar de
Belcebú como “Satanás” o “El Príncipe de los Demonios”, razón por la cual
muchos de los primeros demonólogos, al saber que Belcebú era Baal, hablaban de
él como “el primer rey” o “director del infierno”, puesto que creían que, al
ser Satanás según el Nuevo Testamento, “Baal” no era sino un nombre para
referirse al mismo Lucifer (tamibén llamado “Satanás”).
APARICIONES DE BELCEBÚ EN LOS TEXTOS BIBLICOS
En los textos bíblicos podemos encontrar que “Ba’al Zebub/Beelzebub”
hace aparición en 2 Reyes 1:2-3, 6, 16.
Allí Ahaziah, un rey israelita, manda un mensajero para que
visite el templo de Ba’al Zebub (dios de la ciudad filistea de Ecrón) y
averigüe si, según el dios pagano, se salvará o no de las heridas ocasionadas
por haber caído de la ventana de su recámara: “Ve y pregunta a Baal-zebub, el
dios de Ekron, si acaso he de sanar de estas heridas”. Según nos cuenta el
libro segundo de Reyes, el profeta Elijah condenó al rey Ahaziah a morir por
haber proferido aquellas blasfemas palabras en que ponía a Baal-zebub (Belcebú)
por encima de Yahvé.
“Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que
tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y
consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.
Entonces el ángel de Yaveh habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a
encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en
Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? [...] Y le dijo: Así
ha dicho Yaveh: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de
Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás,
por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás”
2 Reyes 1:2-3 y 16
Belcebú también es mencionado en Marcos 3:22 los fariseos
acusaron a Jesús por expulsar a los demonios por el poder de Belcebú el
“príncipe de los demonios”. Y entre otros textos bíblicos lo encontramos en Mateo 12:24, 27 y en Lucas 11:15, 18-19.
Una cuestión importante es que “Beelzebub” fue sustituido por “Beelzeboul” en la traducción al siriaco y al latín (en la Vulgata) de los evangelios, siendo aquella sustitución repetida en la versión Rey James de la biblia y dando como resultado el que “Beelzebub” sea una forma ignorada en Europa Occidental hasta el advenimiento de traducciones más recientes en que dicha forma del nombre fue restaurada.
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